"La resistencia es constante en la sangre y en la memoria, pero esta poesía, por feroz que pueda ser, es también una aceptación lírica y humana del antagonista, de los antagonistas, incluso de aquellos, porque el mal nunca duerme, del propia fiesta, en el mismísimo suelo. Esta poesía no juega juegos, lingüística, crítica, teórica, no se dirige a las academias, sino que va directo al corazón, directo al grano. Y, en cada página, en en cada línea, predomina la voz lírica, el poder conmovedor y de auto-cuestionamiento ".
-Nathaniel Tarn, Laúd y Tambor |